La naturaleza nos ofrece cosas maravillosas para conocer y apreciar. Una de ellas es la paloma. Esta ave representa en el mundo la bondad, la humildad y la paz.
Entre las variadas especies de palomas existe la mensajera.
Esta paloma es un ave doméstica y desde hace ya muchos años comenzó a utilizarse como medio de comunicación, porque tiene un extraordinario sentido de la orientación.
Se supone que esta ave comenzó a ser entrenada hace miles de años, incluso, algunos pueblos la consideraban un animal sagrado.
Desde la antigüedad los hombres descubrieron que esta especie de palomas tenía la capacidad de regresar al palomar si era liberada en espacios alejados.
Los griegos las usaban para anunciar festividades como las Olimpíadas y los romanos para comunicarse de ciudad en ciudad.
Justamente por poseer esas características, algunas personas se dedicaron a criarlas y cuidarlas. A esas personas, aficionadas a las palomas, se las denomina colombófilas.
Algunas características
La paloma mensajera es un ave de aproximadamente 30 cm de largo, 20 cm de altura y 50 cm de punta a punta de sus alas abiertas.
Sus ojos, como están ubicados a cada costado de la cabeza, le permiten ver casi todo a su alrededor.
Sus plumas son de colores variados: gris oscuro combinado con negro azulado, o gris rosado y rojo anaranjado, con plumas blancas o sin ellas.
Se alimenta de granos, como los del trigo, el maíz, el arroz y las lentejas, y emite un arrullo que le permite llamar a su familia.
Las palomas mensajeras vuelan con gran agilidad, pueden llegar hasta los 1.000 metros de altura y recorrer hasta unos ochocientos kilómetros por día. Generalmente se agrupan en bandadas y forman círculos sobre su palomar.
La característica más importante de estas aves es su instinto de orientación. Se piensa que las palomas tienen buena memoria y que, gracias a ella, recuerdan los lugares por donde volaron y pueden regresar a su palomar aunque éste quede lejos.
Gracias a su notable memoria, el hombre pudo utilizarlas como correo, luego de un período de entrenamiento.
Algunos creen que las palomas mensajeras se orientan por la intensidad y duración de la luz del sol. Para comprobarlo, las entrenaron para que fueran en busca de alimento durante los días soleados y se sorprendieron al observar cómo las aves tenían en cuenta el movimiento que hace el sol de este a oeste.
Otros descubrieron, sin embargo, que las palomas se orientaban también durante los días nublados e, inclusive, de noche.
El olfato y los campos magnéticos
Algunos investigadores aseguran que es el olfato lo que les permite orientarse. Consideran que pueden asociar los olores que transporta el viento con la dirección: por ejemplo, si huelen sal, saben dónde está el mar y si huelen pinos, pueden reconocer dónde queda el bosque. Construyen una especie de mapa de olores y es por ésa razón que siempre pueden regresar: porque reconocen el olor de su palomar.
Otras investigaciones consideran que las palomas pueden orientarse según los campos magnéticos de la Tierra, de la misma forma que se orienta una brújula.
Quizá sea su memoria, la posibilidad de guiarse de acuerdo con el sol, su olfato y la relación con el campo magnético lo que permite a las palomas ser excelentes mensajeras.
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