Allá, por 1909 algo comenzó a gestarse, a crecer, a desarrollarse y a formar parte de un lugar, un espacio distinto, heterogéneo y con visión de futuro promisorio. Bigand nacía y junto con él la esperanza de muchos hombres y mujeres que apostaron a la formación de una sociedad progresista. Y ahí, en medio de sueños de crecimiento y esperanzas de desarrollo se pensó en algo fundamental para la evolución de una población: la educación, sí, ella tan importante y tan esencial en la vida del hombre. Y así fue como surgió nuestra Escuela, la única Escuela Primaria pública que nació hacia 1910 de la mano de hombres y mujeres que pensaron en la construcción de un gran futuro, Bigand con sólo un año de vida contó con su primera institución educativa, fue en junio de ese año que se creó la Escuela Primaria N ° 0215 “Octavia Ricardone de Bigand”, con el objetivo inaplazable de brindar educación, con la esperanza de crecer y seguir albergando a las generaciones presentes y futuras, con las ansias de contribuir a la prosperidad de ese lugar de privilegio que tiene la Escuela.
La escuela pública juega un papel fundamental en la transmisión a la sociedad de las formas de legar cultura de generación a generación, y es así que nuestra escuela y su gente desempeñan desde hace noventa y nueve años ese rol esencial.
Muchos fueron los maestros y directores que por ella pasaron, innumerables alumnos poblaron y pueblan sus aulas, las huellas están inmersas en sus rincones, en sus patios, en sus salones, risas, palabras, recuerdos y sentimientos ruedan por las paredes y llenan con ecos los silencios de la noche. Quién no recuerda con cariño su escuela primaria, quien no sonríe al evocar un momento vivido en ella, una travesura, un temor, una imagen . Todos los hombres y mujeres que transitaron nuestra escuela sienten un inmenso orgullo al verla tan erguida, tan moderna, tan cambiada, porque es cierto que desde sus primeras épocas hasta hoy ha sufrido cambios que fueron evidentes, que han modificado su estructura. Pero, hay algo que no se modificó: su objetivo sigue siendo el mismo, educar, eso tan simple y tan complejo a la vez, eso que hace que las sociedades evolucionen, cuando se lo considera un factor elemental.
Desde su aparición, el hombre, sintió la necesidad de descubrir cosas, evolucionar, crecer y aprender todo lo que su contexto tenía para ofrecerle, también de dejar plasmado su paso por el mundo, dejar huellas, mensajes, dibujos, elementos que demostraran que la vida humana se desarrolla y se perfecciona a través del tiempo...Y comenzó la idea de transmitir, de legar a los que vienen detrás lo que iba descubriendo y creando, comenzó la idea de pensar que todos podemos enseñar algo cada día, que aún lo más básico puede ser transmitido y resignificado por el otro. Así, diferentes civilizaciones fueron dejando, a lo largo de la historia, un legado cultural importante y útil para la formación y preservación de la memoria. La escuela en sí, como institución, como lugar de enseñanza se creó mucho después, pero su papel fue indispensable para la sociedad ya que, muchos niños pasada la primera infancia necesitaban un acercamiento a lo social para salir de la esfera familiar y así poder conectarse con ese mundo exterior a él, que le proveía situaciones ricas, diversas y diferentes que sumadas a su experiencia acrecentaban su interior. Lógico, que por muchos años, la educación no tuvo una mirada tan constructivista, muy por el contrario, se nutrió de teorías conductistas, y la escuela era el “único” lugar del saber, el maestro era su representante absoluto y el alumno era considerado un ser pasivo que recibía todo el conocimiento sin cuestionar nada.
Hoy, lejos de esa postura, la escuela, cambió su visión, y esa estructura rígida se flexibilizó, dejando paso a una teoría más moderna, nutrida de muchas ciencias que aportaron su saber para que el niño sea el centro del proceso de enseñanza – aprendizaje y pueda construir el conocimiento acrecentando su interior y aportando el bagaje de conocimientos de su entorno, para volcarlos en la interpretación y reflexión de su propia realidad.
Nuestra escuela, en el aquí y ahora, cumple con la misión de guiar, acompañar y tender los puentes necesarios para que nuestros niños puedan desarrollarse como personas, convivir y conformar una sociedad aportando a ella lo aprendido y expresando su pensamiento crítico y reflexivo. Sobre todo los docentes de la Escuela primaria de Bigand tratamos de aportar cada día lo mejor de nosotros mismos, facilitando las herramientas necesarias para que los objetivos de nuestra institución se cumplan de la forma más acertada posible.
Dice Paulo Coelho: “Cada uno tiene algo diferente que enseñar, y es la suma de estas diferencias lo que llamamos “sabiduría”.
Únete a los que son flexibles y entienden las señales del camino.
Son personas que no dudan en cambiar su rumbo cuando se encuentran con una barrera infranqueable, o cuando vislumbran una oportunidad mejor. Poseen la cualidad del agua: deslizarse entre las rocas, adaptarse al curso del río, a veces transformarse en lago, hasta que la depresión esté llena y pueda continuar su camino, pues el agua no olvida que su destino es el mar, y tarde o temprano, deberá llegar hasta él”.
Y si hay algo que los docentes en general sabemos, es adaptarnos a todo y como el agua nos deslizamos entre los obstáculos, franqueamos miserias, gambeteamos la vida, pero siempre llegamos a destino, con dificultades, con contratiempos, con situaciones adversas, pero ahí estamos firmes esperando que el mar se abra ante nuestros ojos y que la corriente nos lleve hacia ese lugar donde la esperanza, la ilusión y la alegría se hagan realidad, donde la educación y la salud pasen a ser el máximo objetivo de los gobernantes, donde todos podamos gozar de un mundo más justo y menos perverso, donde nuestros niños encuentren las bases sólidas para construir un futuro mejor, lejos del hambre, la guerra, las miserias, el individualismo, el facilismo y el consumismo, esos males tan aterradores que este mundo contemporáneo forjó con la ayuda de los poderosos que ven en cada lugar la oportunidad de acrecentar sus ganancias olvidando que abajo, muy abajo estamos los que luchamos día a día por mostrarles a nuestros niños que lo importante no es lo que tienen sino lo que son, y que cada uno desde su lugar, desde su saber contribuye a formar una sociedad que trasciende, evoluciona y se perfecciona a pesar de todo y contra todo.
Nosotros desde la escuela seguiremos luchando por los ideales que alguna vez en nuestro pasado grandes hombres tuvieron, seguiremos apostando a la libertad, a la libre expresión, a la formación integral de esos pequeños hombres del mañana y sobre todo seguiremos apostando a la paz.-